Ortopedia Deportiva

Quitarse la bata:

“Doctor”,…que  terminas tu “formación” y estás a punto de arrancar. Incansable guerrero,…que sale “al frío de la calle”  a luchar contra la enfermedad. 

¿Alegría…nostalgia,…ansiedad?

 ¡Muchísimas felicidades! Pero decidí escribirte esto porque hay algo que tal vez todavía no percibes,…que todavía no logras identificar: 

Sales con muchas herramientas,…pero también con algunas “cosas encima”, un patrón y un comportamiento que vale la pena analizar.

  Queremos “curar” pacientes…pero ¿te has puesto a pensar sobre nuestra propia ENFERMEDAD?

  Pocos individuos están tan REPRIMIDOS como el médico,…casi como el sacerdote o el militar. 

  Mírate…voltea para dentro. El médico rara vez camina ligero. Tiene tanta ansiedad,…dolor, frustración y miedo…y no lo ve,…no lo sabe,…ni tiene muchas veces los recursos emocionales para poderlo manejar.

  Porque nos tuvimos…y nos tenemos que “sacrificar”…

…Porque pasamos hambre y comemos mal. Lo que sea,…lo que haya, lo que te quieran dar. Porque si tienes guardia y no has sacado los pendientes, tienes 5 minutos,…si bien te va. Entiendes que hay que tragar como pelícano y correr,…sin sobremesa ni conciencia,…como cualquier animal.

  Porque probablemente fuiste cajeteado, humillado, castigado, y a futuro si te equivocas,…seguirás siendo cuestionado, criticado…y hasta demandado con facilidad. Te tuviste que callar tantas cosas. “Te aguantas”. No te puedes expresar. ¿Contradecir…o dejar de hacer algo que “tienes que hacer” porque no te parece?,…ni pensar. Puede ser que hayas buscado a varios abajo con quienes te pudieras desquitar. Reprimes tus emociones y no las sabes liberar. Te guardas tanto,…muy adentro. Y poco a poco, si no estás atento, se empiezan a transformar en algo que a la larga impacta directo sobre tu bienestar. 

  Porque te explotan y vives durante tu formación  con tantas carencias que buscas salidas,…como creer que la solución es tener dinero, prestigio o poder,…y los empiezas ávidamente buscar. Te transformas en un mendigo con autoestima baja que quiere ser rico y reconocido…cuando ni tú te reconoces a ti mismo. Te vuelves tan superficial.

   Porque te la has pasado encerrado…en tu cansancio y en cualquier cuarto acompañado de un puñado de pacientes internados. Varios soles y lunas pasaron y tú ni enterado. Y aunque estabas “fumigado” no te podías salir y hacer a un lado. Eras el responsable absoluto,…el único solitario encargado. 

   Porque no paras de correr y es tan difícil descansar. Guardias, desmañanadas,… desveladas. Noches durmiendo “con un ojo abierto” y ansiedad. Ahora, lo más probable es que todo el día te dediques a trabajar. Y si te hablan por una urgencia a las 3:00 de la mañana ahí tienes que estar. “Chamba es chamba”: Si no vas pierdes lana. Nunca te debes rajar.

   Pero eso no es todo. Tu mente tampoco descansa…y como eso pasa, no te puedes relajar. En la pendejez absoluta te haces adicto al celular,…porque no te puedes perder de algo,… no te puedes desconectar. Porque ¿y si te llegan a llamar? “Disponible” siempre. Así tienes que estar. Estrés,…que impacta claramente en tu mente y en tu emocionalidad. Vivimos en conflicto activo,…el sistema Simpático encendido,…el Parasimpático dormido…y nadie te enseña a calmarte,…a equilibrar. No sabes meditar,…hacer catarsis o algún tipo de trabajo emocional. No haces ejercicio. Leer un libro “no médico” te parece una pérdida de tiempo. No sobra espacio para tocar un instrumento o simplemente no hacer ni pensar en nada…y disfrutar. 

Y la simpaticotonía continua te genera tantos cambios fisiológicos que no puedes identificar. Pero nunca te checas porque en el “conocimiento” tienes miedo. Mejor ser “ciego.” No vaya a ser que te encuentren algo: Inminente infarto, aneurisma o tumor cerebral. 

   Porque abusas de todo. Fumas para calmarte,…tragas garnachas hasta atragantarte como botarga,…porque es lo que hay. El café para despertar…y no “despiertas.” Drogas,…medicamentos (al fin que tienes fácil acceso. Tienes las armas para matar) y no dejas de chupar,…porque en la estupidez lo haces como un escape,…y además te enorgulleces de ser el más “pedo”…y solo llenas los agujeros,…para salir de la realidad. ¿Y con qué autoridad le puedes decir a un enfermo que no fume, que no tome, que baje de peso,…que se empiece a cuidar?

  Tienes más riesgo de morir,…alrededor de 7 años antes que el promedio de la población general. Está documentado. Es la estadística y es la verdad: Diabetes, cáncer, enfermedades del corazón,…sobredosis, depresión y suicidio,…accidente cerebro vascular.

   Porque no te cuidas,…no te quieres, porque te conectas con “primero siempre está el paciente…y luego tu” o cualquier evento familiar. Siempre tus prioridades las pones por debajo de las de los demás. No tienes tiempo,…descuidas a tu gente, dejas sola a tu pareja,…que se cansa,….y fácilmente te separas porque en el estrés te vas,…te vuelves distante,…en el conflicto activo no contactas, no conectas,…porque ya “nunca estás”. Porque hay que trabajar y te vuelves esclavo del trabajo,…y no lo puedes evitar. 

  Porque la medicina se vuelve todo,…el motivo de tu vida. Tu único tema y realidad. Te empiezas a mover en un solo plano. Empiezas a pensar que “Doctor” es lo que eres. Te identificas con eso…y nada más. Tu conversación se reduce a una. En las reuniones hablas solo de medicina porque te vuelves tan vacío,…porque no ves todo lo demás que hay. No entiendes que la vida tiene también afuera tantas cosas tan maravillosas. Te puedes volver un técnico racional, perfeccionista, neurótico,…analítico, rígido, frío, egocéntrico,… aburrido y sin creatividad. Buscas parejas en médicos,…que tienen tu misma realidad “para que te entiendan” y no te reclamen de que no te puedes liberar,…o en personas “pasivas” que se tragan todo si tienes suerte…o un día deciden que ya no pueden y tienen que explotar. 

  Porque te conectas totalmente con tu Ego. Te empiezas a sentir el “gran chingón experto”, “El salvador de la humanidad,”….el “dueño absoluto de la verdad”. Tu cerebro izquierdo ambicioso “rebosando de información” te empieza a dominar. La mitad derecha la dejas de usar. Ves tantas chingaderas, desgracias y dolores que te tienes que deshumanizar. Te desconectas de tus sentimientos, de tu emocionalidad,…y te vuelves frío, rígido, tieso,…y se te olvida como abrazar, porque estás cerrado…y si te abres,…”te puedes lastimar”. El médico es el ser más vulnerable,…detrás de su aparente infalibilidad. 

   Porque te llenas de “capas”,…te pones una máscara,…con forma de quién deberías de ser y aparentar. Propio, listo, serio, limpio, respetable, responsable y formal. En ese “deber ser” la gente invariablemente te va a etiquetar y juzgar,…por cómo luces, cómo te mueves, cómo hablas, cómo te vistes. La “imagen” que das. “Integridad”…es lo que tienes que proyectar. ¿Y con lo que traes adentro, con esa falta de respeto a ti mismo,…crees que te puedes dar a respetar?

  El médico tiende a siempre perseguir algo. Siempre lucha. No baja la guardia. Se acostumbra a no “respirar”.

¿Si no te quieres a ti mismo, si no te cuidas,  si no identificas tu enfermedad…y la trabajas y sanas,….como puedes querer, cuidar, y sanar a alguien más?

  La medicina está en crisis. Está patas pa’ arriba. Tiene que ir a otro lugar. El paciente tiene toda la razón en reclamar y querer buscar otras alternativas. ¡La culpa es nuestra y no lo podemos mirar!

  Y así, con todo y esto…estoy seguro que coincides en que la medicina es de las mejores cosas que te pudieron pasar. Pero date cuenta y despierta,…míralo a profundidad. Estoy seguro de que en muchos de estos temas puedes empatizar. El “Doctor”permea como un monstruo que fácilmente te puede atrapar. ¡Deshaz lo que hicieron! ¡Suelta lo que cargas! Es el camino a la libertad. No seas uno más. ¡Olvida lo que aprendiste!,…no la medicina sino todo lo demás. Sé diferente. ¡Vive! Se auténtico. Dale a tu práctica todo tu amor y tu toque personal.  No seas ambicioso. Disfruta el camino y trabaja con gozo…aquí y ahora. Ayuda a la gente. Lo demás te seguirá.

  La salud viene de conducirte ligero. El camino verdadero es “dejar ir,…rendirse y soltar.” La medicina” que vale la pena te llega al vivir la vida. Es un arte, nadie te la puede enseñar. No se aprende en la residencia ni en la universidad. 

Te propongo esto de inicio…

  Se doctor….y afronta todo esto como lo tengas que afrontar. Muchas cosas no las vas a poder cambiar. Pero la vida “de prisa”….de prisa se va. Por favor cuando te quites la bata y la cuelgues en el perchero,…quítate también a tu “Doctor” de encima y trata de regresarte…

….a ser tu yo verdadero. Tu ser natural. 

…El “frío de la calle” no se compara al frío de no saber…detrás de tu personalidad…

…quién eres en realidad.