-Me quiero operar,…pero ya me dijeron que cuando te operas,…siempre quedas mal…
¿Voy a quedar bien?,…¿que GARANTÍA tengo, Doctor?…
…(Garantía…
….Uff…¿y si cachara que lo único seguro en la vida,…es que nos vamos a morir un día?…)
Me está pidiendo que le asegure que todo va a ser un éxito y que nada va salir mal. Fuerte,…porque ¡siempre me puedo equivocar! Aunque tenga todo “bajo control”, algo se puede complicar. A cualquiera,…aunque presuma ser el “mejor cirujano que ha pisado la Tierra” (que no es raro que suceda)…se le puede “aparecer el diablo”, en cualquier momento y en cualquier lugar. Se navega siempre en esa posibilidad,…porque la bronca en el fondo depende de lo que el paciente escogió venir a esta vida a vivir y a trabajar.
A los médicos nos entrenan para buscar la PERFECCIÓN. Para el paciente (con entendida razón) y para el cirujano la perfección se puede convertir en una enferma obsesión. Aunque todos sepamos que NO EXISTE,…el paciente siempre la exige. Pero si le va mal, te jodiste: Puedes ser severamente juzgado, criticado, demandado, vetado o hasta encarcelando. Si es grande la complicación,…es muy difícil obtener perdón.
Si me equivoco el costo es muy alto,…porque para él, una cirugía es un acto que es su gran oportunidad de dar el salto a sanar y quedar mejor. Lo que yo haga puede cambiar el rumbo de su vida. Es una muy difícil posición. Un gran compromiso,…pero a la vez,…un regalo,…una bendición.
Confiar…abrazar la idea que algo se puede atorar, sentirse tranquilo en la incertidumbre y simplemente saber reaccionar.
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-Querido paciente que teme y se estresa, por la necesidad de una certeza….
-Estamos metidos tú y yo en esto. Te acompaño, porque me estás escogiendo y de veras te lo agradezco. No se puede “garantizar” el éxito. Lo que sí te puedo garantizar es que voy a hacer siempre MI MEJOR ESFUERZO. Dar todo lo que tengo en cada situación…meterle a tu problema toda mi mente, toda mi alma y todo mi corazón…y confiar que nuestro encuentro tiene un objetivo específico perfecto en tu camino y el mío y que lo que tenga que salir bien o mal,…es lo mejor.
…Es una responsabilidad muy fuerte tener enfrente a un ser humano que cree en ti,…y en que a través de tu habilidad, conocimiento y sabiduría, le puedes echar la mano a mejorar su salud y sumar a su bienestar y calidad de vida. Agradezco siempre tu honestidad, confianza y valentía.
Te prometo si puedo, acompañarte a regresar al equilibrio,…explorar adentro…y estar en todo el proceso contigo.
Pero también es cierto que no somos magos. Estamos para ayudar,….pero es real que en el fondo, tú eres el responsable absoluto de tu enfermedad y también el protagonista verdadero para encontrar el camino para sanar.
Ni modo que yo te diga que “si no quedas”, te cambio por otro nuevo, o un “modelo mejor”.
…(¿Voy a quedar bien?…¿que garantía tengo Doctor?)…
-Pues,…hermano:
Confío en lo hago,…pero soy humano…
…y tú no eres refrigerador.