La cadera, como todas nuestras articulaciones está cubierta por cartílago. Al ser una articulación “de carga”, ese cartílago está expuesto a desgaste prematuro (artrosis u osteoartritis) más que otras articulaciones. Aunque la cadera es una articulación muy congruente (es una bola que se articula con una copa), existen varias condiciones que disminuyen esa congruencia y la predisponen a desgaste. Un ejemplo claro es la enfermedad llamada “luxación congénita de la cadera” en el que un bebé nace con la cadera fuera de su lugar. Es un problema común que tiene que ser captado por el médico en los primeros meses de vida, porque si esa cadera se desarrolla fuera de su copa (acetábulo), la llevará invariablemente al desgaste por disminución en la superficie de contacto y concentración de las cargas en una menor superficie. El sobrepeso y la actividad de la persona también juegan un papel importante. El desgaste de la cadera es una de las principales causas de consulta ortopédica a nivel mundial.
¿Cómo se diagnostica el desgaste de la cadera?
Generalmente se revisa la historia del paciente, haciendo énfasis en los antecedentes familiares y problemas de la infancia que pudieron haber deformado la cadera. Se valora si el paciente “cojea” o si tiene acortamiento aparente de alguna pierna. Es muy difícil tocar la cadera, porque es una articulación profunda, pero hay maniobras que nos pueden ayudar a determinar si hay un problema a ese nivel. Lo usual es que el paciente refiera dolor progresivo, con dificultad para completar el movimiento. Una radiografía llamada “AP de Pelvis” y una radiografía Lateral de la articulación de la Cadera nos pueden confirmar el diagnóstico. A veces, en los problemas degenerativos iniciales de la Cadera, las radiografías son normales y es necesario recurrir a otras maniobras especiales y a la Resonancia Magnética con medio de contraste para diagnosticarlos.
¿Qué se puede hacer cuando ya existe un desgaste en la Cadera?
Las opciones de tratamiento dependen del grado de desgaste. Lo más frecuente es que la mayoría de los ortopedistas dividan el desgaste en 4 grados, según la severidad: Grado I cuando solo hay “reblandecimiento del cartílago”, Grado II cuando está levemente “deshilachado”, Grado III cuando ya tiene “fisuras grandes” que llegan hasta el hueso y Grado IV cuando ya no hay cartílago (“hueso expuesto”). También se pueden clasificar las lesiones en una radiografía en 4 grados. En términos generales, cuando la lesión es grado I y II, el tratamiento consiste en desinflamatorios, modificaciones de las actividades, terapia física, ejercicios, estiramientos y complementos como la glucosamina o diacereína. Las inyecciones en la cadera son muy difíciles por la profundidad de la articulación y no es algo que se haga en forma rutinaria. Una “Limpieza Articular” por artroscopia puede mejorar el dolor y la función y tratar problemas mecánicos como lesiones del rodete de la cadera “labrum”. Si el problema es una mala alineación, pueden hacerse las Osteotomías (cortes en el hueso para enderezar las deformidades y descargar la parte afectada).
Cuando el desgaste es severo (grado IV), al igual que en la rodilla, se puede pensar en una prótesis de la Cadera. El resultado de estas es bastante bueno si están bien puestas, eliminando el dolor y mejorando la función en forma sorprendente. El problema de las prótesis…es que hay que cuidarlas porque que se acaban en 10 -15 años y se tienen que cambiar por otra. La cirugía de recambio es más complicada, por tanto se duda en ponerlas cuando el paciente es joven. Si tienes este grado de desgaste,…que no te dé miedo, puede ser una muy buena opción. Se está apostando a que las prótesis que ya se están poniendo más nuevas van a durar más que las que conocemos.
Prótesis de Cadera: Están hechas de Metales, Polietileno y Cerámicas. Van por dentro del hueso y sustituyen a la articulación desgastada.