¿Qué es la Cortisona?
La “Cortisona” es como comúnmente se le refiere a cualquier medicamento sintético similar al Cortisol. El Cortisol forma parte de un grupo de hormonas a las que se les ha llamado Corticoesteroides. Los Corticoesteroides son producidos por unas glándulas que se encuentran por encima de nuestros riñones que se llaman las Suprarrenales. En su parte más externa (corteza) se producen 3 diferentes tipos de hormonas: los Mineralocorticoides (Aldosterona), los Glucocorticoides (como el Cortisol) y los Andrógenos (Como la Testosterona). Las tres funcionan por un mecanismo de regulación bastante complicado, pero a grandes rasgos, la Aldosterona cumple un papel importante en la retención de sal y líquidos en el cuerpo y en el aumento en la presión arterial. Los Andrógenos producen las características físicas masculinas y los Glucocorticoides (como la Cortisona) estimulan la producción de glucosa, sacan proteínas de todos los tejidos menos el hígado y sacan grasas del tejido adiposo hacia la sangre.
¿Qué pasa con el exceso de estas hormonas en el cuerpo?
El aumento prolongado en la producción de estas hormonas (por un tumor, por ejemplo) puede producir lo que se llama una “Enfermedad de Cushing”, que incluye: aumento de peso, depósitos de grasa en la cara (cara de luna llena) y tórax (joroba), diabetes, retención de líquidos, presión alta y salida de vello y acné, debilidad, infecciones frecuentes, fragilidad de los tejidos y osteoporosis. El uso de Corticoesteroides en forma prolongada, a grandes cantidades y sin un control adecuado, puede producir un efecto similar. Estos son los famosos efectos secundarios de la “cortisona” a los que le temen muchas personas.
¿Por qué se usan los Glucocorticoides en ortopedia?
Otra función muy importante de los glucocorticoides es que son los DESINFLAMATORIOS más potentes que existen y son muy útiles para limitar los procesos inflamatorios severos, porque disminuyen la actividad del sistema inmunológico (las defensas del cuerpo). Eso los hace muy útiles, por ejemplo para eliminar el “rechazo” de tejidos trasplantados (ej. Riñón, hígado, etc.), ya que no permiten que las defensas naturales destruyan el tejido nuevo colocado.
En ortopedia, los Glucocorticoides son un arma muy útil para limitar los procesos inflamatorios que están produciendo mucho dolor. Los podemos aplicar por la vena para aliviar un proceso doloroso o inflamatorio agudo severo, o también como inyecciones locales que podemos colocar dentro de las articulaciones, dentro de las vainas de los tendones, cerca de los ligamentos y a nivel de los músculos. Realmente, su aplicación es bastante segura, si se hace bajo técnica estéril y con los cuidados que se merece. Que no te dé miedo. Los glucocorticoides te pueden sacar de muchos problemas. Si se aplican como debe ser, la posibilidad de producir una complicación por su aplicación es muy remota. El problema de los Corticoides…es abusar de ellos y no saberlos usar, que desgraciadamente, es algo que sucede mucho en nuestro país, por la facilidad con la que se consiguen los medicamentos en las farmacias sin receta.