Ortopedia Deportiva

La Rodilla Rígida

También llamada “artrofibrosis” de rodilla es una imposibilidad para mover la rodilla acompañada de dolor intenso al moverla. Lo más frecuente es que se pierda el movimiento por una “inmovilidad” prolongada generada por una lesión como una fractura o esguince o por la presencia de sangrado dentro de la articulación después de un golpe o de una cirugía.

¿Cómo ocurre?
La artrofibrosis es un problema más complejo de lo que se piensa, especialmente cuando ya ha pasado mucho tiempo. Generalmente lo que se encuentra es una especie de “cicatriz” en el interior de la rodilla que puede ser localizada a una zona o en toda la rodilla. Cuando el caso ya es más grave, generalmente el aparato extensor (Patela, tendón patelar y tendón del cuadríceps) está involucrado. Esta cicatriz restringe el movimiento.

¿Cuáles son los síntomas?
El común denominador es una sensación de que la rodilla está “trabada” en cierto momento, y si intentamos forzarla, el dolor es intenso. En cuanto a la pérdida de movimiento, nosotros dividimos este problema en cuatro tipos: En el primero, la rodilla no extiende completa; en el segundo, la rodilla no dobla completa; en el tercer grado, la rodilla ni se extiende ni dobla completa y el cuarto grado es como el tercer grado mas otra condición que se llama “síndrome de contractura infrapatelar”. Este es una complicación difícil porque el tendón patelar se acorta por efecto de la cicatrización hacia un cojinete de grasa está atrás del tendón que llama Hoffa.

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es bastante fácil. Solo basta mover la rodilla y darse cuenta hasta donde está limitada. El problema es saber identificar la gravedad de la artrofibrosis para dar un tratamiento que restablezca el movimiento.

¿Cómo se trata?
El tratamiento depende de la severidad del problema y del tiempo que se tiene con la rodilla limitada. Puede ir desde terapia física para romper la cicatriz y mejorar el movimiento, hasta hacer un retiro de la cicatriz que está dentro de la articulación por artroscopia y una movilización bajo anestesia, hasta hacer liberaciones más extensas, tanto dentro, como fuera de la rodilla, alargamiento del tendón del cuádriceps o osteotomías (corte en el hueso) de la inserción del tendón patelar para ascender su inserción y permitir mayor rango de movimiento.

¿Cómo puedo prevenir la rodilla rígida?
Lo más importante, es dar movilidad relativamente pronto a la articulación después de una lesión o después de una cirugía. El control del sangrado por parte del cirujano es importantísimo. A veces se necesita inmovilizar la rodilla en forma prolongada por algún otro problema (una fractura por ejemplo) y no podemos evitarlo, sin embargo, mientras menos tiempo pase entre la lesión y el tratamiento de esto…el pronóstico para la rodilla es mejor.
Por otro lado, está bien descrito que el operar una lesión de la rodilla “en agudo” o sea, inmediatamente después de sufrir la lesión (a menos que sea una fractura) aumenta el riesgo de artrofibrosis. Esto se ha descrito especialmente para la reconstrucción de Ligamento Cruzado Anterior. Hay muchos estudios que demuestran que vale más la pena esperar a que la rodilla se desinflame y rehabilite, para después hacer la reconstrucción, que hacerla inmediatamente. El tiempo que hay que esperar es de alrededor de 1-3 semanas después de la lesión. Está demostrado que el riesgo de artrofibrosis es mayor si te acabas de lastimar y te operas, que si te esperas a que la rodilla “se enfríe”.


Resonancia Magnética de una Artrofibrosis con “contractura infrapatelar”. La cicatriz (flecha) jala la patela hacia abajo. Esto es un problema para el cirujano.
Artroscopia para liberar la cicatriz. El instrumento que ves a tu izquierda es un rasurador. Con ese se quita la cicatriz. El de la derecha es un instrumento que coagula los vasos sangrantes.


Una rodilla cubierta de cicatriz. Se está cortando con calor. La parte blanca que ves al centro es el cartílago.