Ortopedia Deportiva

Quistes en la rodilla

¿Qué es un quiste y cómo se forma?

Es un “globo” lleno de líquido que se forma en una articulación. La teoría más aceptada sobre su origen es que se forma en una zona “débil” de la cápsula articular, por el flujo del líquido sinovial en una sola dirección (Imagínate una bomba de chicle: La boca sería la articulación, el aire: el líquido sinovial y la bomba el quiste). El líquido fluye de la articulación al quiste pero no puede regresar a ella por un mecanismo de “válvula” que genera el mismo tejido blando. El líquido con el tiempo, sufre un cambio de consistencia llamado “degeneración mucinosa” (se vuelve gelatinoso) y puede aumentar de tamaño. Aunque a veces no produce síntomas diferentes a la “bola”, a veces empuja las estructuras cercanas y puede generar dolor y sensación de cuerpo extraño. Pueden originarse sin ninguna causa aparente, pero lo habitual es que se asocien a otra lesión en la articulación.

¿Cuántos tipos de quistes existen en la rodilla?

Se han descrito dos tipos de quistes en la rodilla: Los que se originan de estructuras que se encuentran fuera de la rodilla (como las bursas serosas), de las cuales el más común es el Quiste poplíteo o Quiste de Baker, y los que se originan de estructuras que están dentro de la rodilla (como los quistes meniscales o los quistes de los ligamentos cruzados).

¿Qué es el Quiste de Baker?

El quiste poplíteo o quiste de Baker, que es una acumulación de líquido dentro de una bolsa o bursa que se encuentra entre dos músculos de la rodilla: el músculo semimembranoso y la cabeza medial del gastronemio o gemelo ( Bursa del Gastronemio-Semimembranoso). Este quiste se produce cuando existe una comunicación entre el la bursa y la articulación, de manera que cuando la rodilla se inflama, se produce más líquido de lo habitual el cual fluye hacia la bursa, pero por el mecanismo de “válvula” que te platiqué, ese líquido no puede regresar.

¿Cómo se manifiesta el Quiste de Baker?

El paciente nota un aumento de volumen en la parte de adentro y atrás de la rodilla. Inicialmente no duele, pero si llega a crecer mucho, puede producir dolor por compresión de estructuras adyacentes, o al doblar la rodilla. El paciente también generalmente tiene historia de dolor o limitación de la función en la rodilla: Existe una asociación muy alta con lesiones dentro de la rodilla (lesiones de los meniscos en la mayoría de los casos 80-90%, pero también en casos de ruptura de ligamentos cruzados, desgaste y lesiones del cartílago, etc.). La realidad es que cualquier condición que haga que la rodilla se inflame puede producirlo (por eso también es frecuente en pacientes con problemas Reumáticos). En ocasiones muy raras, el quiste puede romperse espontáneamente, causando dolor e inflamación muy grande en la parte de la pantorrilla, a lo que le hemos llamado “Síndrome de Pseudo-tromboflebitis”, porque los síntomas se parecen a un problema circulatorio grave.

¿Cómo se diagnostica un Quiste de Baker?

El médico puede fácilmente palpar el aumento de volumen bien delimitado en la parte de atrás de la rodilla, cargado hacia el lado de adentro. En estos casos, las radiografías normalmente no muestran alteraciones. Un Ultrasonido o Resonancia Magnética es el estudio de elección para encontrarlo, ver su extensión y descartar otras enfermedades, como tumores. Además, con este estudio podemos encontrar las “lesiones asociadas” en la articulación.

¿Cómo se tratan los Quistes de Baker?

El tratamiento depende mucho de las molestias del paciente. Cuando el quiste no es muy molesto se empieza con un tratamiento conservador: con anti-inflamatorios, uso de rodilleras de compresión y terapia física. Si el quiste es grande, causa compresión y no disminuye su tamaño con métodos conservadores, optamos por tratamientos más agresivos.
Algunos autores han abogado por “picar” los quistes e inyectarles algún esteroide dentro. Para mí, es solo una solución temporal. Es riesgoso por la zona en la que se encuentra (pasa muy cerca el nervio y la arteria poplíteas), además de que no se resuelve el problema de base. Es muy probable que vuelva a salir.
Habitualmente, si el quiste es molesto y si se encuentra una lesión asociada, el mejor abordaje es hacer una artroscopia a la rodilla, tratar la lesión asociada (por ejemplo, reparar o recortar el menisco roto,…etc) y mediante un abordaje abierto por detrás de la rodilla, quitar el quiste y cerrar su comunicación con la articulación (quitar el quiste solamente, sin tratar los problemas que lo acompañan dentro de la rodilla, también se ha asociado a un riesgo aumentado de que vuelva a salir). En los niños, la mayoría de estos quistes se resuelven solos, sin tratamiento. La mejor conducta es simplemente obervarlos.

¿Qué son los Quistes de Menisco?

Los meniscos son los “amortiguadores de la rodilla”. Son estructuras que pueden llegar a romperse en forma aguda, lo cual sucede frecuentemente en jóvenes deportistas por golpes directos o por mecanismos de torsión en la rodilla. En pacientes de más edad, pueden romperse en forma espontánea por delaminación y degeneración. Por otro lado, la rodilla es una estructura que está llena de líquido. Cuando el menisco se rompe por cualquier causa (aguda o degenerativa), puede “fugarse” líquido a través de la lesión hacia la cápsula que está en íntima relación con el menisco y formar el quiste, produciendo dolor y aumento de volumen local.

¿Cómo se diagnostican los Quistes Meniscales?

El diagnóstico se hace al tocar la línea de la articulación donde está el menisco. El paciente siente dolor localmente. También se puede palpar el aumento de volumen local. El diagnóstico puede confirmarse con un Ultrasonido o Resonancia Magnética. La ventaja de ésta última, es que se puede ver con más detalle la localización y extensión del quiste, así como evaluar mejor el tipo de lesión del menisco.

¿Cómo se tratan los Quistes Meniscales?

El abordaje habitual es hacer una artroscopia de la articulación, tratando la lesión del menisco (ya sea repararlo o quitando los pedazos rotos). Para eliminar el quiste, puede optarse por una resección desde dentro, por artroscopia (se extrae el líquido y quitan sus paredes con un rasurador), o mediante una pequeña incisión externa donde se localiza el quiste, puede quitarse por cirugía abierta.

¿Qué son los Quistes de los Ligamentos Cruzados?

Al igual que el resto de los quistes de la rodilla, los quistes de los cruzados son globos que se originan de la membrana sinovial que está recubriendo a los Ligamentos Cruzados y pueden originarse por delante de estos, entre el ligamento cruzado anterior y el posterior y por detrás del ligamento cruzado posterior. Estos quistes son muy raros. La generación de síntomas en el paciente es muy variada y no es raro que se diagnostiquen en forma incidental, al tomar una resonancia magnética de la rodilla. El tratamiento de estos, es la resección por artroscopia (se quitan con distintos instrumentos a través de un par de heridas pequeñas).


Quiste sinovial: La teoría más aceptada sobre su formación refiere un flujo de líquido de la articulación a una zona débil de la cápsula en una sola dirección.
Quiste de Baker (Q) localización: Se origina de la Bursa del Semimembranoso (SM)-Gastonemio (G) que se encuentra entre estos dos músculos.
Resonancia Magnética: Los quistes pueden ser fácilmente evaluados mediante Resonancia, así como las lesiones asociadas a estos.


Quiste de Baker resección: Ejemplo de una extracción por cirugía abierta.


Quiste de menisco: Se forman a los lados de la rodilla y están frecuentemente asociados a una lesión de menisco.


Vista artroscópica de un quiste meniscal: En esta imagen te muestro el interior de un quiste, a través de una cámara de video artroscópica.