¿Qué es el Tendón de Aquiles?
Se le llama tendón al elemento de fijación por el cual un músculo se une al hueso. Son bandas de tejido muy fuertes que soportan la tensión del músculo. El Tendón de Aquiles o Tendón Calcáneo es un tendón en forma de cuerda gruesa, que une a los músculos Sóleo y Gemelos al hueso del talón (Calcáneo). La contracción de estos músculos genera que te puedas “parar de puntas”.
¿Cómo Ocurre su Ruptura?
Las rupturas del tendón de Aquiles son una de las lesiones más frecuentes en los llamados “deportistas de fin de semana”. Generalmente son personas que se encuentran entre los 40 y 50 años, con algo de sobrepeso. El tendón ya ha perdido algo de su capacidad para soportar la tensión, por la edad y la falta de acondicionamiento físico. Lo usual es que la ruptura se dé, cuando se somete al tendón a una carga excesiva.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas son muy característicos porque el paciente (que generalmente está jugando) siente como si alguien le hubiera dado una “patada” en el talón por detrás. No es raro escuchar un “chasquido”, que produce limitación súbita de la función. La persona ya no es capaz de seguir jugando y no se puede parar de puntas. El dolor es severo y puede haber inflamación local y hacia el pie y sangrado interno (moretón). Lo más frecuente es que el tendón se rompa a unos 3-4 cm de su inserción en el calcáneo.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se sospecha al tocar el tendón. Puede sentirse un signo al que le llamamos “signo del hachazo” que no es más que un defecto en el espesor del tendón. Otro signo característico es el “signo de Thompson” en el que producimos una compresión en los músculos de la pantorrilla (como exprimiéndola). Lo normal es que se produzca un movimiento en el tobillo, lo cual habla de continuidad del tendón. Si el tobillo no se mueve al apretar la pantorrilla, el tendón muy probablemente está roto. Cuando hay duda (en casos de rupturas parciales) se puede pedir un Ultrasonido o Resonancia Magnética para confirmar el diagnóstico. Estos estudios también nos sirven en casos de rupturas completas, para evaluar la distancia que hay entre un extremo y otro del tendón, para planear la cirugía.
¿Cómo se trata?
El tratamiento en casos de rupturas parciales puede ser conservador, en pacientes mayores con no muchas exigencias físicas. El tobillo se inmoviliza “de punta” por 6-8 semanas para mantener la continuidad del tendón, seguida de una alza al talón por un par de meses más.
En los pacientes más jóvenes con rupturas completas, con retracción de los cabos del tendón o que tienen una expectativa alta en cuanto al retorno a sus actividades previas, el mejor tratamiento es el quirúrgico. Se hace una incisión donde se siente el defecto en el tendón, se localizan los cabos, se elimina el tejido deshilachado y se suturan los extremos. La “Reparación directa” generalmente puede hacerse sin problemas durante las primeras dos semanas. Si desgraciadamente el paciente se tardó más tiempo en buscar atención, los cabos pueden estar tan lejos uno de otro que sea imposible aproximarlos. La cirugía en estos casos implica hacer una “plastía” del tendón, que significa reconstruirlo con otros tejidos. Hay muchas técnicas descritas.
¿Cuánto tarda la recuperación después de una reparación del tendón?
Si el tendón pudo repararse adecuadamente, generalmente se coloca una férula con el pie “de punta” por dos semanas y se evita el apoyo. Después se deja el pie sin inmovilización, pero se continúa sin apoyar por 2-4 semanas más dependiendo el caso. Finalmente el pie se lleva a “neutro” (90°) y se inicia el apoyo y la rehabilitación progresiva, que implica ganar el movimiento completo y fortalecimiento muscular. Para estar caminando normal, probablemente te tardes de 2 a 3 de meses. Realmente para realizar tus actividades normales deportivas con la misma intensidad puedes tardarte 6 meses o más dependiendo del caso.
¿Qué complicaciones pudiera tener por este problema?
Los casos en los que este problema no se trata son muy raros, porque el paciente pierde totalmente la fuerza para pararse de puntas, con la limitación de la función que esto implica. En pacientes en los que se hace un tratamiento quirúrgico, la disminución de la fuerza muscular por una deficiente tensión en el tendón puede ser una complicación importante, sobre todo en los casos crónicos en los que se hace una plastía. Por otro lado, la piel que está alrededor del tendón, tiene un aporte de sangre muy deficiente. Es una complicación potencial el “sufrimiento” de la piel a nivel de la incisión quirúrgica por esta condición.
Ruptura completa del Tendón de Aquiles tratada quirúrgicamente:
Se unen los extremos con suturas para restituir su longitud original y devolverle la tensión.